LA HIJA DE MI MUJER ME PROVOCA
Mariela es la
hija de mi mujer ella tiene 18 años recién cumplidos, es bajita de 1.65 mts de
estatura, delgada, pero con unas pompis de infarto (salió a la madre) la conocí
cuando solo tenía 14 años, pues su mamá se había separado de su esposo por
infidelidades de él, y en esa época solo la miraba como a una hija.
Durante el
noviazgo con Luisa, siempre la visitaba cada vez que podía pues de verdad me
gustaba mucho y quería algo serio con ella, Cuando Mariela cumplió los 15 años
la llevamos a un viaje por Europa, visitamos España y Francia, fuimos en época
de verano y nos hospedamos en un hotel cerca al mar en Francia. El primer día
que fuimos a la playa me quedé boquiabierto ya que Mariela bajó con un bikini
muy pequeño y ajustado que se le marcaba mucho su abultado trasero y que decir
de su rajita, uff solo de acordarme se me pone duro el pito.
Esa vez jugamos
en la arena, Luisa estaba muy contenta por Mariela porque desde la separación
de su esposo no la había visto tan feliz. Ese mismo día noté que Mariela me
veía algo diferente, pero pensé: “serán cosas mías” y no le di mucha importancia,
los días pasaron y regresamos a casa, desde ese día no volví a tener es
sensación acerca de Mariela.
Pasaron 2 años y
luisa me propuso vivir con ella y Mariela, me quedé pensando y la abracé
dándole un beso muy rico y terminamos en una cogida monumental. Al día
siguiente ya me estaba instalando en su casa.
Los primeros días
todo fue muy normal pues ya me había quedado a dormir en varias ocasiones, pero
un día Mariela que ya estaba terminando la secundaria, llegó de el colegio y se
quitó el uniforme quedando con un shortcito y un top muy sexy, nunca la había
visto de esa forma, pasó por mi lado y me saludó M: hola papi, YO: hola Mari cómo
te fue? M: bien tengo que estudiar mucho pues ya estamos en finales y no quiero
reprobar.
Luisa llegó del super
mercado y me saludó siguiendo hacia la cocina, Preparó la comida y luego nos
sentamos los 3 a cenar, Mariela ya se había cambiado de ropa, estaba más
presentable.
Esa noche estaba
con Luisa en la habitación y ella me dice: ¿No te parece que Mariela está muy
bonita? Yo: pues sí, la verdad si, debe tener muchos pretendientes, Luisa solo
se rió diciendo: ya hasta debe tener novio y volvió a reír. Aproveché y me subí
sobre ella ya que estaba un poco excitado por haber visto a Mariela en top y shortcito.
Le quité la bata y la empecé a besar por el cuello bajando hasta las tetas,
Luisa solo gemía yo continuaba en lo mío, la verga sentía que iba a reventar y
salvajemente le quite la tanga y el brassier, seguido me desnudé también, le
abrí las piernas y me dediqué a chupar ese néctar, ese jugo del amor bien rico,
ella cada vez gemía más fuerte, luego le dije que lo chupara y ¡vaya chupada! Sentí
que me venía pero aguanté y la puse de perrito penetrándola por la vagina de
una sola estocada y profundo, ella solo se arqueó ofreciéndome todo su culo en
pompa, esa imagen me nubló los sentidos y empecé a darle fuerte como unos 10
minutos, Luisa era un rio de flujos, la agarré fuerte por las caderas y le di
la última estocada llenándola de semen en todo su interior.
Al día siguiente
era sábado, Luisa se levantó temprano muy contenta e hizo el desayuno pero al
ver que eran las 8 de la mañana y Mariela no se había levantado me pidió el
favor de llamarla, fui con un poco de nervio pues sabía que estaba en ropa de
dormir, pero oh sorpresa cuando entro a la habitación y veo ese espectáculo,
Mariela acostada boca abajo con una tanguita que dejaba ver la mayor parte de
su culo, en ese momento ella se gira y me saluda M: buen día papi ya me iba a
levantar Yo: tu mamá me mandó a buscarte. Mariela no hizo ni el intento para
cubrirse y eso me llenó de morbo y el “soldadito” se quiso levantar también. Se
le marcaban sus pezones bajo el top que era semitransparente y al levantarse
pude ver lo abultada de su vulva, M: papi me baño y ya bajo. Yo: bueno no te
demores. Salí con es imagen en mi mente.
Los días y
semanas siguientes fueron muy similares Mariela siempre andaba con shorcitos, minifaldas
y tops muy sugerentes, parecía como que me estaba provocando pues me miraba muy
pícaramente y eso me mataba, Luisa era la que apagaba mi calentura en las noches.
Ya en el cumpleaños 18 de Mariela, ella invitó a unos amigos y amigas a la casa para festejar la mayoría de edad, ese día se le permitió tomar alcohol y la verdad se divirtió mucho con sus amigos, se le veía muy contenta. Ya tarde en la noche se fueron sus amigos y quedó ella sola con nosotros, nos terminamos las cervezas que quedaban y nos retiramos a dormir, Luisa cayó como un tronco pues estaba algo borracha. A los pocos minutos escucho a Mariela Gritando ¡¡
mamá!! Pero Luisa estaba dormida y no la escuchaba, yo salí corriendo y llegué hasta el cuarto de ella y la encontré vomitando y toda sucia tirada en el piso, la levanté y la llevé hasta el baño. Yo: báñate para que se te pase el malestar. M: báñame tú, yo no puedo. Yo: no, como se te ocurre hazlo tu solita, quítate la ropa y entra en la ducha yo te espero afuera. M: bueno, pero no te vayas.
A los pocos
minutos salió envuelta en una toalla y se tiró en la cama diciendo: papi quédate
esta noche conmigo y me abrazó dándome un beso en la mejilla, le dije que no
porque su mamá estaba también un poco mal y tenía que atenderla, Mariela se
levantó y caminó hasta su armario, sacó una tanga y la bata de dormir, me
levanté para irme cuando de repente ella deja caer la toalla y me deja ver ese
culito, que digo culito ese culote, el mejor que he visto en toda mi vida, se
puso la tanga y seguido la bata, se voltea y me dice: ¿me acompañas o te vas? Yo
solo tragué saliva y no sé si por los tragos pero en ese momento solo pensaba
en tocarle ese culo y esa vulva abultada que tenía, cerré la puerta y me costé
a su lado, ella me sonrió y me miró con esos ojos pícaros y terminó de fundirme
en mi deseo, la tomé por las mejillas y le di un beso con lengua y todo, ella me
correspondió y de igual forma me abrazó como queriéndome comer, le quité la
bata y la tanga, la dejé desnuda, le abrí las piernas y lamí ese botoncito tan
hermoso como nunca había visto otro, rosadito, húmedo y bien rico, ella solo
pegó un grito de placer y me agarró por la cabeza haciendo movimientos pélvicos
que volvían loco, le metí un dedo, luego dos y hasta tres, pensé: ya está recorrida
y en ese momento no sentí remordimiento solo pensaba en penetrarla, aunque
quedé con la curiosidad de quien la había desvirgado.
Luego subí hasta
su pecho y umm que ricos pezones, paraditos rosadito muy ricos ella me agarraba
la verga y decía: ¿todo esto se come mi mamá? Ahora yo también lo quiero, en
ese momento apunté hacia su cuevita y le introduje solo la cabeza. Pero ella
estaba tan excitada que intentaba penetrarse solita, se la dejé ir por completo
y los dos gemimos al tiempo con un ahhh, sentí su humedad y eso me llevó a otro
nivel, le empecé a dar duro llevamos
como 15 minutos y luego ella se puso encima de mí y se penetró solita, me
cabalgó con los ojos cerrados diciendo: que rica verga papiiii los ojos se le
volteaban para atrás, se tocaba las tetas y llegó un momento que se descontroló
y me cabalgó fuerte y solo gemía y gemía ahhh que rico hasta que no pudo más y se vino con un grito
de placer que me asustó porque su mamá se podía despertar. En ese momento, me
salí de ella y le presenté a mi soldadito ella lo tomó en las manos con los
ojos bien abiertos y me sonrió, lo llevó hasta sus labios, le dio un beso y
luego se tragó hasta la mitad, ahhh que rico sigue así Mariela que rico, lo
chupaba como una experta me hizo venir abundantemente y se tragó todo el semen,
no desperdició ni una gota.
La dejé dormida y
me fui para mi habitación, encontré a Luisa dormida como una bebé, eso me
tranquilizó.
Espero les halla
gustado y si quieren una segunda parte solo comenten y con gusto los complazco.
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